miércoles, 27 de agosto de 2008

Toronto y alrededores



En primer lugar, dar las gracias a Fernando y Vanesa por prestarme este pequeño espacio en la blogosfera en el que poder contaros nuestras experiencias (de Natalia y mías) en el viaje que hemos realizado este verano a la Costa Este de Canadá. Dado que estuvimos 2 semanas y hay muchas cosas que contar, lo dividiré en varias entregas, e intentaré hacerlo lo más ameno posible.


Nuestro viaje comenzó en Toronto, tras casi 10 horas de avión y una escala en Montreal. Nada más llegar, pasar el control del aeropuerto respondiendo a las típicas preguntas con nuestra carilla de acojonaos, recoger el coche de alquiler que teníamos reservado (un Hyundai Elantra) y nuestra primera sorpresa con el idioma... Vamos pensando que sabemos algo y es llegar allí y darnos cuenta que el inglés americano tiene poco que ver con el británico: mucho acento, mucho adorno y parece que tienen un plátano metido en la boca. Tardamos un par de días en acostumbrarnos, pero al final ya casi entendíamos a la primera lo que nos estaban diciendo.


Estuvimos 3 noches en Toronto. La primera la utilizamos para dar una vuelta rápida por los alrededores del hotel, cenar y a dormir. Al día siguiente, fuimos a ver las Cataratas del Niágara y un bello pueblo llamado Niagara on the Lake. Las Cataratas están bien, pero si has visto las de Iguazú, no tienen ni punto de comparación. Aquí se aplica muy bien la frase “Unos llevan la fama (Niagará) y otros cardan la lana (Iguazú)”. Desde el lado canadiense se observan 2 cataratas y está todo organizado como si fuese un parque de atracciones: la barca que te acerca a las cataratas, el túnel que acerca a la base de las cataratas, las torres que te elevan para que puedas verlas desde lo alto y a distancia, el paseo “marítimo” para verlas desde distintos puntos… Mi recomendación: Si queréis ver cataratas de verdad, en plena naturaleza y a montones, ir a ver las de Iguazú.


Luego nos acercamos al pueblo de Niagara on the Lake. Está ubicado en zona famosa en la que elaboran vino de uva helada. Tratamos de comprar una botella, pero los precios nos ahuyentaron rápidamente (botella de litro= 120 €). El pueblo era el típico de las películas, muy bonito y acogedor. Tanto que acabamos cenando en la terraza de un restaurante y comprando adornos navideños en una tienda dedicada exclusivamente a eso los 365 días del año. Yo no imagino que una tienda así pueda sobrevivir en España, pero es que allí la gente es muy navideña todo el año.


El día siguiente lo dedicamos a visitar Toronto. No hay mucho que contar. Estuvimos paseando tranquilamente, subimos a la Torre CN desde donde vimos “torontontero” y bajamos al “Toronto subterraneo”. Curioso esto último, ya que en el centro de la ciudad, las estaciones de metro, centro comerciales y grandes edificios se encuentran comunicados por el subsuelo, de tal modo que puedes ir andando por debajo de la ciudad de un lugar a otro. Hay restaurantes, tiendas,..., y lo utilizan para cuando el crudo invierno aprieta (mínimas de -30ºC y varios metros de nieve en las calles). La tarde la dedicamos a visita la Casa Loma, que es una gigantesca mansión que construyó un importante hombre de negocios y que se arruinó en el intento. Hoy es una atracción turística más de la ciudad. Una pena pero nos quedamos sin ver el “Skydome” (o “Rogers Centre”), estadio multideportivo y recinto de espectáculos que según todas las guías es digno de visitar.


Con respecto a la comida… o somos muy torpes y no encontramos sitios decentes o toda la gastronomía de Toronto se reducía a hamburguesas, perritos, sándwiches, pizzas, costillas y ensaladas. Daba igual al local que fueses, la apariencia exterior y su nombre. Hasta en los que tenían buena pinta y que se hacían llamar “Restaurantes”, el grueso de la carta se componía de esos “manjares”. Y hombre, un día está bien alimentarte así, pero a partir del segundo te empieza a cansar la poca variedad del menú… Parece que estas todos los días comiendo en el Foster Hollywood!!!


Esto es todo por ahora. Espero vuestros comentarios…





4 comentarios:

Isra dijo...

Como me alegra tener por fin noticias de vuestro viaje. Aunque esto de compartir blog no vale.
Sois un poco vagos los dos; uno por compartir para cubrir sus "lagunas temporales" sin publicar y el otro por no montárselo él solo (...que no se tarda nada en registrarse Alvarito...)

Any way... a pleasure hearing about you.

Joni dijo...

Muy bien Alvarito. Muy navideño.

Fernando T dijo...

Por alusiones, compartir es vivir y la unión hace la fuerza. Además Alvaro es un bloggero semiprofesional. ;-P

Alvaro dijo...

Isra: Tienes razón, cada día me estoy volviendo más vago... pero, ¿y lo cómodo que es?