Baie Ste-Catherine. Avistamiento de Ballenas

05/08. Nos levantamos dispuestos a realizar una de las actividades estrella del viaje: el avistamiento de ballenas. Nos montamos en el coche y dirigimos hacia Tadoussac, aunque cuando descubrimos que era necesario utilizar el ferry, decidimos quedarnos en Baie Ste-Catherine, que está justo enfrente y de donde también salen las embarcaciones para ver los cetáceos. Primera decisión a tomar: ¿Barco o lancha? El barco era el típico de las excursiones en el que montan cien mil y la madre y en el que con un poco suerte no ves nada, gracias a toda la gente que se te pone delante. La lancha, un poco más grande que una zodiac en la que caben 20 personas. El precio era un poco más caro el de la zodiac, pero las expectativas eran bastante mejores, y no nos equivocamos. Cuando veíamos una ballena, la zodiac tardaba en llegar a ella 10-15 segundos; el barco no me lo quiero ni imaginar.

Evidentemente montar en la lancha, exige que nos equipasen para la ocasión. Pantalón, cazadora y … si nos ponen el gorro igual que el Capitán Pescanova (de hecho, Natalia casi se lo cree).

Fueron 2 horas maravillosas, para mí de lo mejor de los 15 días del viaje. Una pena que el viaje de 3 horas estuviese completo. Ver las ballenas a escasos metros de ti, asomando su lomo, saliendo a respirar a la superficie,… no tiene precio. Es verdaderamente alucinante. Si alguna vez tenéis oportunidad de realizar una excursión de este tipo en cualquier parte del mundo, no lo dudéis, merece la pena. Las fotos que os adjunto son para que os hagáis una idea, pero no os aseguro que no reflejan lo que se siente. Hay que vivirlo. Eso sí, no esperéis la típica imagen de la ballena emergiendo del agua todo lo larga que es para dejarse caer. Y dar gracias a ello, porque si no la lancha no se donde acabaría.

Al finalizar la excursión, rumbo a nuestro siguiente hotel situado en una isla. Sí, en una isla a la que había que cruzar en ferry. ¿No querías utilizar el ferry por la mañana?, pues ahora lo utilizas por la noche para ir al hotel y al día siguiente para volver. Nos sentíamos como en las películas o series americanas (como Anatomía de Grey) cuando van a trabajar en el ferry. En fin, una experiencia más.