El 04/08 amanecimos dispuestos a disfrutar de una de las actividades que nos ofrecía el hotel de forma gratuita, que era el alquiler de piraguas (kayasks para los entendidos) y canoas. Si recordáis del post anterior, el hotel estaba a los pies de un lago, así que no teníamos que andar ni
Dejamos el hotel, y nos dirigimos a nuestro siguiente destino que era Saint Anne de Beaupre. En el camino ,dos hitos en los que teníamos pensado parar (si los encontrábamos):
Cabaña de Azucar de Chez-Danny
Sitio típico de turistas que llegan en manada con los autobuses de las excursiones de los tour-operadores. El lugar es ideal si quieres comer la típica cómida canadiense, ver como es el proceso de elaboración del azúcar y como extraen el járabe de arce del árbol del mismo nombre. Podéis observar en las fotos nuestra predisposición a “ponernos hasta las cartolas”.
Reserva de Indios Huron-Wendat
Tras ello nos dirigimos a la reserva de aborígenes canadienses Huron-Wendat. OJO, no entendáis reserva como lo hicimos nosotros: "vasta extensión de terreno en la que los indios cámpan a sus anchas sin la interferencia del humano del siglo XXI". No, ésta reserva era un pequeño trozo de terreno en el que se exponían las construcciones, canoas, vestuario, historia, etc… de dichos indios. Es decir, una especie de museo, pero al aire libre. Eso sí, resultaba curioso ver como los aborígenes han ido integrándose en la vida normal y ocupan cargos en la policía, la política, la administración,…Inculto que es uno, que se imagina que los indios nacen, crecen, se reproducen y mueren en las auténticas reservas, pero que no se integraban en la sociedad actual.
Para acabar el día emprendimos camino a Sainte Anne de Beaupre, donde teníamos nuestra morada esa noche. Un paseo por el pueblo, junto con la vista a la Basílica y la cena fue lo que nos dio tiempo a hacer. La construcción eclesiástica realmente impresionante, tanto por fuera como por dentro.
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